lunes, 7 de septiembre de 2009

En brazos de la fiebre

Con los brazos de la fiebre
que aùn abarcan mi frente
lo he pensado mejor
y desatarè
las serpientes de la vanidad
el paraìso es escuchar
el miedo es un ladròn
al que no guardo rencor
y el dolor
es un ensayo de la muerte

En la piel de una gota
mis alas volvieron rotas
y entre otras cosas
ya no escriben con tinta de luz

El paraìso deviene en infierno y
luego se quema
y sin que nadie se mueva
¿quien lo arregla?

Gestado en mis escombros
de pastoso paladar
el disparate del caos
me derroto
con palabras de alabanza.

Sabìa que iba a pasar, pero ex-trañandote.

sábado, 2 de mayo de 2009

Silencio


Silencio…
Solo eso, un silencio que me asusta… que me vuelve como un mounstruo de esos que te despiertan a la noche…llorando.
Silencio…
Promesas a olvidar, como dice la canciòn? Seguramente, pero con un silencio desgarrador.
Silencio…
Entorpecedor de los pasos, por no poder darlos…
Silencio…
de presencia con ausencias.
Silencio de abusos no defendidos…
Silencio de palabras llevadas a la tumba…
Silencio de presentes no comprendidos…
Silencio de pesadilla en repetición…
Silencio de intuición confirmada…
Silencio funcional…
Silencio de encierro nefasto…
Silencio de angustia total…
Silencio desgarrador de sueños…
Silencio explicaciones no dichas…
Silencio de impotencia por sentir que hubiera entendido…
Silencio de amor…
Silencio de ruego en olvido y para el olvido…
Solo silencio en un cuarto sin paredes…
Silencio de poder llorar…
Silencio de llanto interminable…
Silencio de humo…

Silencio, no puedo, no voy a poder pelearte nunca, no tengo brazos para eso, seguìs asustàndome como cuando era niña… Silencio padre, silencio no voy a poder… con vos no puedo… sos definitivamente aquel talòn que se corta una y otra vez…
Silencio que me deja sin fuerzas, silencio conocido… silencio traicionero innecesario…
Silencio ciego, mudo y sordo.
Silencio… de principio a fin.
Silencio de saber que estàs ahì y no poderte sacar.
Silencio de elecciòn silenciosa…
Solo silencio.
No puedo ni siquiera hacerte preguntas, no puedo siquiera decirte lo que siento, no puedo siquiera pedirte que me expliques… Como se le pregunta al silencio? Quien contesta allì? .
Niña tonta, mujer cobarde, pero no puedo, no puedo preguntarte..silencio, no puedo… y no puedo porque estoy convencida que mis palabras te multiplican asì como se multiplica mi impotencia y mi ganas de correr, cuando una y otra vez apareces frente a mì.

miércoles, 29 de abril de 2009

Una despedida de mì...

Son muchas las veces en las que uno sabe que el otro nos duele… algunos curan esas heridas, otros suponen que están curadas simplemente porque deciden que ya no duele más suponiendo que se trata solo de una decisión, pero como digo siempre aquello que está allí en otro destino que no sea encontrárnoslo una y otra vez ...recorre las venas de igual manera aunque se insista en hacer transfusiones o bien una famosa limpieza al estilo vampirezca donde todo se eterniza.
Algo en estos días me hizo dar cuenta que la sangre está compuesta de muchas de esas cosas que buscan un destino, a veces es el estómago, otras el corazòn y otras simplemente la boca o la no boca porque no podemos hablar de eso que sucede, simplemente no podemos.
¿Podríamos decir que estamos con las heridas? No… ¿podríamos decir que herimos para no tenerlas encima? No lo sé… lo que si sè es que algo de aquello tiene que encontrar un lugar en alguna parte porque sino queda bollando en el espacio donde compartimos con otros o en el aire que respiramos…
Cuando nos mudamos, entramos en un profundo stress, nos encontramos con cosas que habíamos olvidado, nos encontramos con cosas que nos habíamos escondido o simplemente con aquello que no nos decidimos a tirar por no animarnos a perderlo...pues así vamos llevándolo de un lado al otro contaminando los nuevos espacios que podemos construir.
Me he mudado varias veces y hace unos días decidí tirar algunas cosas que no me animaba a perder…que estaban allí y que cada vez que las podía recorrer con mis ojos me miraban fijas, diciéndome ¿Pensàs hacer algo conmigo?...
Pues hoy hice algo con ellas… previo ritual de despedida, algo que hace mucho se ha dejado quien sabe porque motivo o sabiendo porque no nos animamos a hacer… despedida, velorio, ritual, 24 hs de vigilia viendo al muerto, todo aquello que nos convierte en enlutados de nuestras propias vidas ha sido desechado…aquellos primeros momentos en los que los seres que nos rodean nos acompañan, sabiendo que son solo una compañía y que hay todo un mundo interno que sigue ocurriendo en otro espacio…sin tener demasiado conocimiento porque en realidad se trata del enlutado, se trata del luto y se trata particularmente del muerto… ese muerto que aparece en los recuerdos, esas pequeñas cosas que ha dejado en el placard … podemos cremar todo eso? …en ese ritual rápido tan puesto en voga?
El lugar del cementerio ha deja de tener sentido…un lugar, una lápida, alguien que pasó por está vida simplemente queda preso del fuego allí desintegrándose o lo que creemos es una desintegración… púes hoy no hablo de cuerpos, sino de otras cosas…
Es necesario una despedida, es necesario llorarla, es necesario saber que pasó, ver los documentos que dejó, la ropa que usó en los últimos momentos, todo eso que nos depara un dolor enorme pero es necesario encontrarles un lugar que no sea ni nuestro corazón ni siquiera nuestro espíritu, sino un lugar distinto, un cambio de nombre… dolor si pero no padecimiento.
A veces es un estado civil, una lápida en dedicatoria, un hogar de ancianos para que esa ropa pueda seguir otro curso, a veces la limosna para que alguien pueda hacer algo más de lo que nosotros podemos hacer solo para ser una tortura interna y que siga corriendo por las venas sin sentido o con un sentido perdido.
A veces se trata de un nombre y apellido , a veces se trata de cambiar los espacios, a veces se trata solo de crecer, dejar de ser lo que alguna vez fuimos para pasar a ser otra cosa, pero es necesaria la experiencia de la pérdida.
Hace unos días, me di cuenta que tenía que despedirme, despedirme de aquella que fui, aquella que no podía ponerle nombre a los deseos, aquella segura y protegida, aquella que tenía un sentido mercurial en su cuerpo como me dijo alguien una vez… ese que se va de las manos, que puede ser toxico, que puede ser misterioso y sorprendente… Y así lo intenté, por primera vez ponía el deseo en mi boca y en mi cuerpo, por segunda vez sabía que era lo que quería y así eso que estaba dando vueltas en mis venas, por no animarme a sacarlo de lo ficticio, de lo ajeno, de lo encerrado, de lo guardado… y así fue… recuerdo haber ido a festejar…tomarme por primera vez una cerveza en mi propio honor…estaba orgullosa… estaba feliz… esa que estaba allí era otra versión… otro destino, otro camino de mi misma…verme nombrar un deseo distinto, verme saltar un obstáculo, y por sobre todo decidirme a invertir… por inversión, por otra versión, por cambios de roles que a veces llevan el peso del nombre y el apellido… dejarlo salir de mí para que tomara otro cuerpo, para que otro cuerpo lo tomara conmigo.
Fue necesario, fue aliviador, fue generosamente entregado al universo, para pelear por eso en el momento en que se nombrò…con la responsabilidad que eso conlleva.
Púes bien, allí está en el universo, allí estoy por primera vez siendo responsable de lo que deseè y allí estoy feliz por haberlo hecho y triste por aquello de lo que es necesario despedirse cuando algo nuevo viene a ocupar el lugar… allí estoy llorándola.
Aquella que fui, aquella que me acompañó durante tanto tiempo, aquella que no me demandaba demasiado y que me mantenía cómodamente moviéndome como el mercurio…¿si necesito despedirme? Pues claro… aunque tarde tiempo, aunque me haga llorar y aunque extrañe, esa que fui estuvo allí durante mucho tiempo… y aunque lo nuevo me invada de miedo y no sepa muy bien que hacer allá está mirándome, por eso la palabra tiene esa importancia, porque dicha o escrita nos hace firmar debajo y allí estamos con nuestro nombre y apellido, lo demàs definitivamente fue cobardìa.
Y a pesar de que aquel deseo implica la responsabilidad de haberlo nombrado y que puede tardar en encontrar un lugar , allí estoy feliz por haber-melo escuchado, por haber-melo verbalizado, por haber-melo confesado… allí estoy feliz de haber-melo firmado.

domingo, 5 de abril de 2009

La casa de los conejos

¿Alguna vez tuvieron esa extraña sensación de la cobardía?
Una sensación de sentir que están perdiendo suponiendo que no se pierde, que tal vez aquello que no queremos perder será perdido en el final del juego. Pero la rara sensación de la cobardía nos incita a llegar al final, quien sabe porque extraña razón.
Hice algo de lo que no estoy orgullosa. Me acerca más al mundo real del que me mantuve alejada durante algún tiempo, hasta ahora.
Tengo un amigo que dice “que uno convoca” efectivamente es así, del derecho y del revés…
Aquello que hice sin orgullo en lo más mínimo convocó en mí más dudas de las que tenia, se suponía que aquel acto aclararía, pero me dejo en el camino de una disyuntiva, por primera vez. Pensar que hacer con aquello?
Se abren dos caminos y me pregunte por donde seguir ¿por la derecha o por la izquierda?
Ayyyyyyy que duda, si vamos por la derecha implica volver a tener una seguridad de confiar en la elección hecha y que sin embargo pueda llevar a la pérdida definitivamente…
Si vamos por la izquierda todo queda dicho y tal vez en tiempo pasado, donde aquello que no está dicho sea sabido para dejar de ser un sin saber… y decidir…
Púes entonces?

Rosa María había estado convencida toda la vida de que había una vida que no era para ella. Una vida donde el deseo siempre tenía un encierro alejado de la misma realidad, así había acontecido su mundo.
Había construido todo su camino a base de lo que ella deseaba profundamente y de lo único de lo que estaba segura. Aquel deseo la sacaba de cualquier situación para ordenarla y ponerla de nuevo en aquellos carriles de los que algunas veces se pierden…
Así Rosa Maria que siendo adolescente se preguntaba por la muerte del día siguiente y su lista en blanco de las cosas hechas, se dedicó a vivir intensamente en su deseo, un deseo tornasolado que le garantizaría según ella, la felicidad. Igualmente aquello la dejaría fuera de un mundo real… donde había otros deseos que jugaban a su alrededor mientras ella miraba hacia otro lado.
Allí había estado Juan, repasando las hojas de los exámenes para ayudarla a estudiar, soportando la soberbia de lo que ella creía como real y allí él sosteniéndola. Juan tenía tiempo pero no demasiado, sin embargo la esperó… y ella nunca llegaba puntual, siempre tarde.
Rosa Maria y Juan , volvieron a verse pero… imaginaría ella que luego lo recordaría una y otra vez?
Había elegido otros compañeros sin embargo en el fondo a pesar de saberse enamorada se quejaba de que nunca la elegían a ella, para hacer lo que hacían con todas… eso si, ella estaba segura que no se equivocaba. Ella era otra.
Pero un día, se preguntó mucho al respecto, repasó las páginas de su diario íntimo y descubrió que la que tenía que elegir era ella. Para poder llevar a cabo eso que soñaba debía tener paciencia, cualidad con la que Rosa Maria no contaba, púes luego de mucho pensar se dio cuenta que un sueño había sido desoído en aquella noche de amor. La historia fue más o menos así…
Rosa María, conocía a Teo solo por un número de interno. Algunas veces lo había llamado, pero Teo solo era aquel número de interno. Aquel día Teo cobró cuerpo, en aquel ofrecimiento que Rosa Maria leyó como un acto de galantería y del que nunca se olvidaría… y a pesar de haberlo rechazado por primera vez , aquellas palabras de Teo habían quedado en la memoria de Rosa María.
Se conocieron y como no podía ser de otra manera se enamoraron al instante en que sus ojos se cruzaron tras aquel mostrador. Aquí viene la parte que nos interesa, hoy…

Una noche donde el calor abundaba y el único paliativo era un ventilador comprado de oferta, Teo y Rosa María se encontraban en el mejor terreno. Aquel que los unía profundamente siempre, pese a las dificultades (muchas) que tenían. La cama para ellos era aquel lugar donde todo desaparecía… el alrededor se volvía efímero y lo único que importaba eran ellos dos y sus cuerpos amándose hasta la extenuación.
Rosa María se encontraba montada en las piernas de Teo aquella noche, estallaban de placer cuando Rosa María sintió por primera vez aquella sensación… no era un orgasmo más, era un estallido distinto.
Aquello que había permanecido oculto en ella por fin apareció en sus ojos, las lagrimas cayeron hasta sus pechos y no tuvo más remedio que confesar aquella decisión, algo había llenado su vientre en forma distinta, allí estaba el deseo de dar a luz ese amor… sus palabras nacieron tímidamente y todo quedo claro allí. Se iniciaba el gran cuento.
Rosa María lo nombró como “La casa de los conejos”, así llamarían ambos aquel sueño surgido esa noche de verano…
Debo contarles que Rosa Maria y Teo eran muy distintos. Rosa María lo sabía desde el principio pero no podía resignarse a que aquello nunca funcionaría y lo intentó muchas veces, Teo también lo hizo, pero las inseguridades de Teo y las ansías de libertad de Rosa María los dejarían en caminos diferentes, por fin.
Rosa María lloró mucho aquel día, habían decidido poner un muro de 50.000 ladrillos entre los dos, creo que él pudo comprenderla pero no podía hacer nada para evitarlo y la pared se hizo cada vez más y más gruesa. Teo y Rosa Maria dejaron de escuchar los gritos que uno irradiaba en contra y a favor del otro.

… y el tiempo pasó, Rosa María ocultó su cuento en el cajón y no volvió a sacarlo de allí, cada tanto limpiaba el cajón, pero desistía una y otra vez…
Una y mil veces Rosa María suponía que el tiempo era de su propiedad, se dedicó a no pensar en aquel cuento sin terminar… como si con el quiebre de su historia con Teo, ese cuento hubiera llegado a su final sin leerlo y pensando simplemente, ella no había sido elegida para el final feliz decidió no volver a él nunca más…
Rosa María curó aquella herida y armó una casa que si bien era de ella, en el fondo sabía ficticia, y finalmente convocó lo suficiente para darse cuenta que efectivamente así era…
El tiempo pasó… Rosa María un día después del trabajo, cansada, quería preparar su ropa para el día siguiente y buscaba aquellas hebillas que tanto le gustaban… aquel cajón de nuevo, Rosa María lo abrió atemorizada y descubrió allí su sueño nuevamente y decidió esta vez sacarlo, habían pasado casi 8 años pero parecía intacto.
“La casa de los conejos” … volvió a ella de la misma forma… pero esta vez quería elegir que hacer con él.
Tenía un deseo muy profundo, el amor la inundaba de nuevo pero también las dudas, Rosa María se sabía, cuanta más duda hubiera en ella, mayor era el compromiso que sentía, había empezado a hacerse preguntas que había evitado hasta ahora.
Se encontraba tras las señales en el saber de ese cuento con final feliz… cuando una noche… aquella noche se despertó sobresaltada… bajó las escaleras y leyó las cartas que le habían sido prohibidas desde el inicio, sin embargo su sueño la había conmovido y no pudo evitarlo, su corazón latía con fuerza y allí estaba lo que ella había convocado en su búsqueda quedando en aquella disyuntiva.

Quería ser ella, por primera vez quería ser ella y de repente la sensación de una extraña tranquilidad la invadió para esfumarse luego.
Allí estaba parada, frente a la izquierda y la derecha…
Que camino tomar?

jueves, 26 de marzo de 2009

Te odio

Te odio y te voy a odiar...


Mantengo este odio que se convirtiò en el veneno de alguna de mis venas...


Te dije que no querìa volver a verte y sin embargo apareces una y otra vez...


¿Dejarìas de existir si dejo de odiarte?... ya lo intentè... no desapareciste...


Te odio, con un odio vespertino, con un odio cansado, con un odio de ataque claustròfobico, un odio de neurosis traumatica , tremenda y voraz...


Quiero volverme a ver, revisar y reconocer la baldosa donde apoye el vestido antes de comenzar a odiarte...


Odio de entuerto que me enceguece, odio de otra cara, de muchas caras y la misma cada vez...


En ese momento un giròn cayò con aquel vestido, y no lo pude volver a coser... y eso que de costuras sè un poco, sin embargo esta me excede, me puede, me domina y esta parasitariamente cicatrizada...

Quiero verte fuera de mì, riendote de vos porque ya no te queda otra, ni otras, ni otros...


Te ame por sobre todo, me has llevado a lugares insospechados, pero ya no quiero acompañarte... ya no quiero esos viajes, ya no.
Sè que tengo que elegir y estoy intentando hacerlo, porque vos no me vas a abandonar nunca...

Te odio... como creì que jamàs lo harìa...ya no quiero saber, me ha servido de poco o por lo pronto es poco para mì ...hoy, hoy que mi vista està en otro lado con aquello que no se explica solo se siente...
Allì quiero estar y vos no tenès invitaciòn , no quiero que vengas aunque te empecines.

No quiero que me trampees, no quiero escucharte màs, busco y solo busco taparte la boca para que tus palabras no bordeen mi cabeza...

Te odio.
Profunda y definitivamente

martes, 17 de febrero de 2009

Vale la pena..


Muchas veces estuve envuelta en obligadas miserias ajenas, muchas veces estuve sumergida dentro del corazón del otro y chocando como un pac man volví a salirme..

Mi mente de pequeña no consigue tomar algún buen recuerdo, lo intenta pero la cura al mal recuerdo no aparare, dicen algunos filósofos que no existe aun pero presiento que estoy encontrándola yo misma…

Golpetazos de puertas, cuchillos ensangrentados, gritos, ultrajes, sometimiento, soberbia, perversidad , falta de amor, desolación, abandono, miseria, hambre, alcohol…mucho alcohol, mucho olor…mucha baba…ruido, ruido…mucho ruido…

Un coctel enriquecido de lo básico del ser humano, de lo poco tierno que tiene la vida, del sin sabor que tiene el alcohol…

Y grite cuanto pude, tan fuerte que el grito se me metió para adentro, y la carne desde adentro creció, abundo…y así termine enferma por no poder hablar sin gritar…

Si es justo? Todavía lo pregunto…Y cuando perdí una parte de mi, irrecuperable, comprendí que hasta allí había llegado…que si continuaba, eso sí realmente sería injusto…detuve mi vida, la frene, ahí en ese quirófano…comencé a preguntarme nuevamente si eso era justo o no, volví a los recuerdos sin cura, volví a aquella soledad de una niña que no sabe como se aprender, volví a las tormentas de ruidos pero supe que había encontrado la cura a los malos recuerdos!

Cuando comprendí que mas no podía llorar para adentro que eso estaba delimitando mi vida, ordenándola sin alfabeto, coloreándola transparente, dirigiendo mis caminos, poniendo muerte a la sonrisa, aflorando las garras, cuando supe decidí elegir mi destino a pesar de que no creo en él…

Agarre muchas de mis debilidades y las sometí a un largo cuestionamiento, les pregunte desde cuando habitaban en mi y cuando decidieron quedarse…
Entre ellas se encontraban el miedo a perder, el pesimismo, la arrogancia, el monótono esmero por no empezar con algo, la culpa, la frigidez de mi vulnerabilidad, el autoestima dentro de un subte, el odio, el miedo, la autodestrucción y muchas mas debilidades que no les recuerdo muy bien la cara..

Cuando contestaron lo hicieron con una mueca en el rostro que hasta hoy recuerdo y aunque parezca raro ese fue mi primer buen recuerdo…

Dijeron que eran parte de mi desde que nací, que si se quedaron y afloraron tenazmente fue por que les toco entrar en escena y sencillamente por el sorteo que tiene la vida. Que en cada cual existe algo inherente a su propia vida, algunos lo llaman karma y que la vida misma significa combatir el dolor con la ayuda de todas nuestras partes buenas y malas…

Quede perpleja, el grito se detuvo…di vuelta la cara y me despedí de mi Padre pero esta vez la mueca la tenía yo, le dije que entendía de su libertad y se fue…Salude al abandono... quite la reja de mis manos y me propuse entrar en escena …

No logro explicar lo bien que me sienta la ropa que uso, la cara que llevo, el aire que suspiro…si soy feliz? Si, en muchos momentos, si me anime a empezar? Si, y eso mismo jamás me dejo parar, si mis debilidades me atormentan? Muchas veces pero hoy conversamos mas que antes, si lo recuerdo a él, si logre perdonarlo si logre entenderlo? Puede que si puede que no …lo que si sé que él era libre igual que yo…


Autorìa: Valeria Gutierrez , gracias por compartirlo conmigo.

jueves, 5 de febrero de 2009

Inundaciòn de amor

Cuando te pensè, en ese nombre, todavía no existìas…
Cuando pensè en tu nombre todavía no sabìa el mìo…
Recien hoy puedo imaginarte, sin ser por esto solo una parte…
En aquellas manos estarà mi sangre bordeandote…

Hoy te escribo y ni siquiera estàs tangible, pero estàs dentro mìo brotando…
Te encontraràs con estas palabras cuando el papel haya tenido el añejo del tiempo.
Si supieras las cosas que me quiero mostrarte…para que me sientas a tu lado…
Sin embargo, en està ridiculez todavía sos el proyecto de mis visceras intangibles…

Conoceríamos lugares juntos, aquellos tangibles y aquellos que no lo son…
Te dirìa que no se es solo y que estarè siempre a tu lado, aunque sè que deberè soltarte en algún momento, como aquel globo que lance a la noche lluviosa de aquel año nuevo…

Inundación?? Me preguntò un amigo… si , obviamente… por ser el borbotòn que arrasa con todo lo establecido y bien parado…
Inundación por provocar aquello que no puede contenerse por arrebatado…
Asì te pensè miràndote, aunque vos puedas hacerlo recien en el tiempo añejo de estas palabras.

Vos, inundación desprovista de defensas, allì naciendo de aquel efecto climàtico que se hizo silencio, renuncia, espera y por fin sueño.. aquel primer sueño sin nada antes…
inundación… por donde te mire, por donde no te mire… por donde no te mirè…
sin embargo, inundación… allì estàs hoy aunque te estè pensando ahora.

Tuviste a lo largo de estos, mis tiempos, distintas formas…
Te forme en la vocaciòn.. te formè en los huecos llenos de tormentas fuertes, pero solo hoy que es mi ahora, veo tu energìa, tu fuerza donde quiero entregarme para poder por fin quedarme, para cuidarte.

Pero no te preocupes, no voy a estar sola, no tengas miedo no voy a devorarte.., solo a amarte en lo màs profundo de la creación absoluta.
Estarà conmigo el que ame de la forma que vos esperas, que yo quisiera que esperes… para mostrarte tantas cosas y sin embargo, dejarte ser.

No te preocupes, no me quedarè sola, ya lo estuve mucho tiempo…sin embargo hoy en esto que sos … en mi inundación de tantos milagros sostenidos, estaràs aunque te vayas.
No habrà deudas, prometo no endeudarte.
No habrà planes, aunque tenga todo planeado.
No habrà cadenas, aunque quiera tenerte siempre conmigo.

No te asustes, no vas a estar solo, yo estarè allì para cuidarte…y enseñarte que habrà muchos haciendolo…
Cuidarte para que no pierdas el rumbo y esta inundación se protega en esa inundación misma.
Hoy te hablo aunque no te tenga, ahora.
Hoy te pienso con mi sangre bordeandote, asì como una inundación.
Hasta que pueda decirte hola por primera vez.

domingo, 14 de diciembre de 2008

La siniestra

Aquello eran las nòvelas... aquello era soñar hasta tarde que un amor podìa darse... aquello era dormir hasta que nos despertara la luz de la tarde...
Aquello era otro lugar... un salir sin tener que cruzar la puerta...
Rondaba mis ocho años cuando aquella mujer canosa sin demasiado pelo para pelar canas aùn me caìa simpàtica, antes de convertirse para mì en un mounstruo que con una sola cabeza alcanzaba...
Ahora despùes de tanto tiempo me pregunto todavìa ¿puede una mujer ser tan cruel con una niña? ... pues hoy sè que si.
Caprichosamente un dìa comenzò su juego conmigo, un juego particular y solitario que nada tenìa que ver con las cartas que se echan en un paño verde...para disfrutar el tè con amigas jugando por unos porotos que podìan convertirse en una gran fortuna...solo por la ilusiòn y nada màs que por ella...
Todavìa recuerdo sus palabras, hoy aùn me duelen, palabras de un destino en soledad... aquellas nòvelas que nos habìan unido como rebeldìa oculta al horario de protecciòn al menor, se desfiguraban en lo que serìa la nòvela rota de lo que para ella serìa mi vida...
Te quedaràs sola...sos insoportable...sos contrera por naturaleza y por ende la naturaleza se te volverìa en contra, no sos como tus hermanos... vale decir a los que tampoco querìa, sin embargo en ese momento creì que pudiera aunque sea quererlos un poco màs que a mì... el tiempo me darìa la razòn, la siniestra no tenìa la llave de lo que se oculta tras una puerta para hablar de amor, la siniestra no querìa a nadie... tal vez ni a ella misma, pero engañaba bien.
Podrìa ser tan cruel una mujer con una niña de 8 años? ... pues sì , asì era ella... aùn hoy lo sigue siendo a pesar de que el tiempo solo pase para los demàs pero que tanto le asusta...pobre siniestra.
Aquella niña, se debìa preguntar que conjuro o maldiciòn llevarìa encima para ser de tan duro presagio para alguien.
Solo era mayor e influyente en la vida de alguien de esa edad... solo podìa decir de ella misma proyectando su pelìcula en una cabeza que todavìa no podìa decidir... sin embargo...
Hoy... a veces, en noches oscuras todavìa recuerdo esas palabras y aùn logran asustarme, ¿existirìa el destino? me preguntè muchas veces... serìa cierto todo aquello?...
serìa cierto que nadie te quiera tanto para soportarte?...
serìa cierto que nadie compartiera tus horas de juego?...
serìa cierto que nadie comprendiera tus palabras?...
serìa cierto que nadie podrìa llevar a cabo una nòvela conmigo?...
Acertarìa en el juego la siniestra?...
Debo decir que algunas veces creì perdida la partida, sin embargo...
Cruel y abàndonica...
Conveniente y prejuiciosa...
Cobarde y astuta...
Certera y monstruosa...
Siniestra y patètica...
Esa niña no podìa màs que odiarte, al no verte capaz de ningùn amor... ni siquiera por el producto de tus entrañas...
Te rodea el egoismo de los incapaces, te borda a punto cruz el hilo de la comida rancia, y de nuevo la pregunta... porque?
Te creì! monstruosa a pesar de mi enojo, tus palabras se hicieron cicatrices que todavìa te recuerdan, y en esas noches donde todo parece màgico aùn allì todavìa estàs descreyendo... descreìda de los finales felices, calaste hondo un corazòn que todavìa no habìa nacido...como podrìa ponerme finalmente el vestido de novia con el que juegan todas?... siniestra y pàtetica... aùn hoy a veces te escucho.
Tu nombre lleva el filo de los cuchillos, aquellos que cortan de solo rozarte cerca... pero en un nuevo engaño lo cambiaste para ocultar tu verdadero sentido... siniestra y patètica...
Hoy esta mujer te habla de alguna forma... intentando rebelarme a ese destino que escribiste para mì... desde tu encierro profundo... desde tu oscuridad toda...
Fuiste tan capaz... tan capaz de generar un odio que me hubiese gustado no conocer... por las propias heridas, por las heridas causadas a los seres que amaba profundamente... sin que la piedad quisiera sentarse a tu lado en la partida de tu vida.
Siniestra y patètica...
Vieja chota y maltrecha...
Nunca podràs dar una explicaciòn de tan salvajes actos... aquellos que manchaban las remeritas rosas recien estrenadas... por ciega, sorda y tener la lengua de una aguijòn...
Y sin embargo...
Sin embargo un misterio que siempre me bordea... serè yo lo que decìas?
Maldita seas y malditos sean todos tus dìas...
Siniestra hija de re mil putas.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Un muro de silencio

Aquel dìa sentì tu miedo...tu soledad...tu paràlisis toda... y aquellas palabras que habìas advertido sobre tu temor a seguir siendo eso que no querìas, todas juntas vinieron a mì como cada luz que perseguì en aquella ruta aquella noche... una tras otra... muchas las esquive porque creì ver algo màs allà de los no movimientos, sin embargo aquellos dìas que para serìan un encuentro deseado y esperado para una comuniòn se oscurecieron y se llenaron de esa bruma de puerto solitario.
Tu miedo, tu paràlisis, tu soledad... si, especialmente tu soledad toda junta amuchonada, desafiante como nunca... aquella indiferencia que se te vuelve mounstruo porque està adentro, adentro profunda y oscura. Distintos idiomas, distintas lenguas, distintos tiempos... mucho susto y mucho asusto.
Aquel susto donde todo se resignifica por el poder de tu silencio... donde todo deja de tener sentido y todo cobra un sentido nuevo pero silencioso y corroido...aquel dolor no comprendido, aquella pregunta sin respuesta, aquel gesto desaparecido hizo aparecer mi temor màs grande, el de dejarme caer en un vacio profundo pero no por eso menos claro.

Tu soledad espantosa,

Soledad espantosa, añeja, cobarde y egoista...
Soledad desorientada en un sin verme pasmoso...
Soledad de tiempos ancestrales y horas solitarias...
Soledad de cegueras y sorderas incapaces...
Soledad de zapatos gastados sin descanso...
Soledad de càrcel, de desconfianza e inseguridades...

Tu todo allì con un sin ti, sin embargo, desolador, triste...
Pelea para que salgas de allì y aparezca una verdad que nos libere...
Verdad, sola ella... para que aparezcas en el breve instante...
Movimientos, palabras fuertes, hipotesis sin receta...
sin embargo un sin vos tan amargo...

¿Podrìa entonces dejarme caer en este ùltimo salto?
¿Estarìas esperàndome para curarme el magullòn?
¿Habràn sido necesarias las palabras huecas de amor intangible?
Pruebas sin sentido, un sentido que una soledad no siente.

Un irme por no tener de donde agarrarme...
Un irme repetido, dañoso, pero no menos sentido...de un agarrarme anterior ficticio pero creido...
Tangible... tangible de donde clavar las uñas para que el viento no te lleve...
Sin embargo, un silencio tan lleno.

Un enojo que permitiò una salida ràpida, si habìas buscado mi apuesta... allì encontrarìa yo que estaba la tuya?
Un adivinarte tan doloroso?... tan solitario? , para que?
A sabiendas de mis visiones descarnadas, podrìa haber sido el mejor campo para el ejercicio de salir, a pelearte conmigo ... sin embargo tu soledad espantosa.
Aquel que fuiste... te seduce aùn.

Aquella que fuì no me gusta, allì estoy yo con una ùltima mutaciòn... en aquel descubrimiento desertico tambien encontrè el mio, uno secreto en secreto secretamente guardado oscurecido y endemoniado... sin embargo allì està floreciendo... y tal vez estas làgrimas tan tristes sean como siempre todo junto en un triste lleno de tu soledad espantosa y de mi emociòn plena con aquel globo al cielo soñado en vuelo.

Un te amo en mi testarudez que me hizo desafiarte-me y encontrarme en mis visceras que llevo hoy en mis manos.
Un te amo denso de recuerdos arriesgados, en promesas de entregas totales, de cartas puestas...
Un te amo de Gervasios y Margaritas fantaseados en tostadas de dulce de leche...

Podrìas haber hablado conmigo, porque mi grito no es màs que un desgarro de alma...
Podrìas haber sido mi amigo que allì estarìa para entenderte si tu verdad explicada me era dolorosa...
Podrìas haber sido màs que un futuro potencial... un presente tangible...

Mucho susto y mucho asusto...

Sin embargo te espero aunque sè que no llegaràs nunca...o no llegaràs conmigo.

Aquella brùjula hoy me marca la direcciòn como lo hizo siempre aunque no la haya visto... aquel regalo de reyes fue el que me dejaste sin haberlo querido, te voy a amar siempre por eso...aunque aquel taxi te deje por segunda vez en una sensaciòn extraña pero no menos... nuevamente errònea.

Amo al que soñe detràs del muro, al que vì atràs de aquel disco compartido a la distancia, al que llamè para que comulgue conmigo una y otra vez en aquella playa de soledad espantosa...

Margarita hubiera añorado que Gervasio por fin se sacara los zapatos y le hubiera dicho que su destino era otro si asì debìa hacerlo, pero con los cordones desatados por fin... que su brùjula marcaba una direcciòn opuesta a la de ella? porque no?, en tal caso Margarita lo hubiera besado con una dulzura de despedida triste pero tranquila... sin embargo Gervasio que mirò como aquella flechita mostraba el camino, la miro detràs del muro... intentò gritarle pero no pudo màs que inundarla de una soledad espantosa... Margarita tomo su sombrero colorado que tanto ahuyentada a Gervasio y caminò... caminò... sin saber que tal vez ya no volverìa.

Estuve allì...siempre...en el agua.

martes, 9 de septiembre de 2008

Habitaciòn 43

Salta era un lugar que Alejandra siempre quizo conocer, un viaje que se habìa frustrado en otro tiempo, la habìa dejado con un gusto de pendiente en su boca.
Esta no serìa mejor ocasión se dijo asi misma, luego de la confirmaciòn de una idea que siempre le rondaba en la cabeza y que sin embargo no habìa nunca llegado a creer… Nadie muere de amor.
Alejandra, tomo ese cafè con gran esfuerzo, Luis que habìa llorado durante horas aquel dìa en el que ella le dijo que no podìa darle lo que èl querìa, se habìa recuperado prontamente, màs pronto de lo que ella tenìa en sus càlculos y habìa decidido también informarla.
Ella se desilusionò al igual que sintiò esa herida, que tantas veces habìa escuchado… “Entonces que signifique yo para èl?... no demasiado”.
Camino unas cuadras por Av. Scalabrini Ortiz intentando convencerse de la idea de que asì debìa ser, por el bien de ambos.
Alejandra pasò unos dìas llorando su desilusión y con el convencimiento de que a pesar de todo su decisión inicial estaba acertada, la duda se le harìa carne tiempo después pero ella aùn no lo sabìa.
Debìa abordar el micro, salìa retrasado, Alejandra estaba con una unica expectativa resumida en algunas palabras: no encontrar nada. Y con esa idea se tapo con la frazada de viaje mientras intentaba encontrar los auriculares que la conectaban a un cd de Pink Floyd que elegìa cada vez que necesitaba conocer sus emociones.
El hotel que Alejandra habìa elegido era por demàs càlido y solitario, la gente no era demasiado cordial asi que no tuvo que aferrarse a los modales de cortesía que tanto la incomodaban. De repente algo la despertò de una profunda siesta, no estaba claro si era el cambio del clima que por la noche se tornaba distinto o el profundo dolor de cabeza que casi nunca la abandonaba.
Casì con el apuro que todavía le era citadino y cotidiano, Alejandra bajò las escaleras en busca de una aspirina, que finalmente encontrò en la barra de un bar que ni siquiera habìa percibido.
Que hace una chica de tu edad en este lugar? , le dijo Matìas…Alejandra levantò la vista y lo mirò. Se sintiò descubierta.
Aquella noche Matias descubriò su perfume, Alejandra adoraba los perfumes dulces y ese Kenzo era irresistible. Charlaron por horas. Todo lo que tomò aquella noche Alejandra, se registrò en el nùmero 43, habitación que tenìa reservada por 10 dìas.
Los dìas se sucedieron en actividades, y por la noche Matìas y ella se contaban cosas como si se hubieran conocido hace años y estuvieran poniendose al dìa.
Matias hablaba de haberse bajado de la cornisa, transitaba por un largo cordòn de vereda como si de repente lo hubiera abandonado el desafìo para irse a otro punto cardinal, su vida se habìa vuelto gris y hacìa rato que no se sentìa pleno. Alejandra lo mirò casi con desconfianza, Matias se le hacìa atractivo, inteligente y lleno de colores. Alejandra se preguntò que habìa pasado para que el se destiñera tanto ante sus ojos.
La cuenta de la habitación 43 cada vez subìa màs, proporcionalmente a las horas de charla que Matias y Alejandra mantenìan, se preguntaban sobre el tiempo, siendo este un enemigo fatal por aquellos momentos, ambos habìan querido detenerlo pero en algunos casos el costo habìa sido de lo màs alto.
Matias, hacìa un trabajo que no le gustaba nada, Alejandra perseguìa los sueños estirando solo la mano, Matias sentìa el gris de su camisa pegada a su piel casi todos los dìas, extrañando algo de color que pudiera cambiarle la mirada sobre aquella rutina que debìa haber dejado hacia tiempo. Alejandra se estremecìa ante una apuesta a destiempo con la que parecìa nunca atreverse.
Se internaron en los valles, se besaron profundamente, y de nuevo aquel perfume que los unìa en cada encuentro, Alejandra no querìa morir pero morìa en cada uno.
Matias por lo pronto pensaba en los tiempos que se pierden y perdìa el tiempo todo el tiempo.
No habìan podido olfatear sus aromas…pero se hicieron una promesa, la promesa del ùltimo dìa, ninguno querìa tener la sensación de perdida, querìan atesorarla lo màs que pudieran… y asì en el dècimo dìa se encontraron tras la nube de humo de sus cigarrillos… y siempre aquel perfume. Un trébol, tal vez de tres o tal vez de cuatro hojas, no lo sabìan.
Se amaron en aquel lugar desconocido para ambos, Alejandra sintiò en el roce de su piel su piel misma y allì comenzò a llorar… èl no dejaba de acompañarla y tampoco lo hizo esa vez, Matias pese a su sorpresa tambien llorò. Algo de color habìa aparecido en aquel lugar oscuro.
Era el dècimo dìa, el dìa de la partida de Alejandra, no se recuerdan sus voces porque de hecho no estuvieron presentes, pero si sus ojos, los de ambos… y la sensación de cada uno por ser ùnica iba guardada, èl en el bolsillo de su pantalón y ella en la mochila medio revuelta por falta de tiempo.
Ninguno de los dos habìa perdido en aquel encuentro, ninguno de los dos debìa perder por aquel encuentro, los dos tenìan aquello que los unirìa a pesar de la distancia por mucho tiempo.
Se sucedieron algunos encuentros y ambos se adoraron muchas veces, habìan logrado perder, eso si, las amarras que los anudaban a las cotidianeidades...un 3 de antes y un 4 de despùes , de aquella habitaciòn 43.
Por suerte ninguno pago la cuenta.

Sueño esquimal

El polo norte era un buen destino, no habìa demasiada vida allì y podrìa estar solo como le gustaba, se habìa dado cuenta que la vida de ciudad, la vida de reglas y convenciones, no eran para èl nada màs que simples barreras que hasta ahora no se habìa animado a pasar.Su unica preocupaciòn era como obtendrìa comida, pensò en la pesca pero allì casi todo era hielo, pensò en la seguridad porque los osos polares siempre le habìan dado miedo màs cuando los veìa erguidos en algùn documental de cable, pensò en la vivienda porque nada resistìa la interperie, los frios y los vientos de aquel inospito lugar que se le hacìa a èl tan càlido y acogedor.
En su cuarto de pensiòn guardaba algunos libros, la vida esquimal siempre le habìa causado mucha curiosidad, se decìa a èl mismo que alguien que pudiera aguantar tanto frio estaba preparado para hacerle frente a la muerte, si se le cumplìa la fantasìa de que uno podìa verla, sentirla y hasta palparla... Uno de esos libros, habìa estado archivado desde que su padre se lo habìa regalado en aquella navidad, mientras los copos de nieve de telgopor inventados, caìan de aquel pino que improvisaban en el fondo de su casa.
Leopoldo era un amante de la lectura, podìa pasar horas sobrevolando ciudades, historias, cuentos y comics... mientras el agua del tè se evaporaba antes de que èl recordara que la habìa puesto sobre el fuego. Desde allì tambien tomaba su tè frio, armado con un pobre saquito que pasaba de una taza a la otra, haciendo una economìa de aquello que no le era necesario.
Polo norte... podrìa haber sido polo sur, pero èl, vaya uno a saber porque creìa que en el norte se estaba màs cerca del sol y que si algo le pasaba serìa màs fàcil encontrarlo, asì que se dirigiò hacia allà.
El viaje le producìa una adrenalina mezcla de terror que lo seducìa, no habrìa màs reglas para èl, ni tampoco escenarios que le mostraran el camino hacìa la cama cuando Leopoldo padecìa tanto de insomnio, no deberìa preocuparse por confiar en nadie, ni por ser galante con las mujeres que no conocerìa, estarìa finalmente solo... solo, màs cerca de la muerte en su conocimiento...la misma que tanto le aterraba. Nadie entendìa el motivo real de su viaje y Leopoldo a sabiendas de ese poco entendimiento se habìa aburrido de intentar dar algunas explicaciones, con lo cual dejò cartas para sus amigos, su familia y se fue.
Libro bajo el brazo, intentò seguir con sus pisadas el inicio de lo que el llamaba la esquimalidad... una mezcla de equidad y animal que se le armaba en la cabeza vaya uno a desde cuando... serìa igual a todo, al hielo, al viento, al frio, a la intemperie y nada jamàs volverìa a torturarlo como hasta ese entonces. Principalmente aquello que èl habìa decidido dejar de lado, su humanidad. Construyò una especie de guarida soplando y uniendo el hielo, habìa llevado algunas frazadas y su pava con un par de saquitos que habìa juntado de las tazas anteriores.
Una mañana se acordò de su equipo de futbol y de aquel domingo donde se quedò afònico gritando aquel gol que los habìa llevado al ascenso, recordò los labios de Matìas aquel al que habìa besado unos dìas antes de su partida, eran tan carnosos como la carne que ponìan al asador cada vez que los jugadores salìan a la cancha.
Leopoldo pasò tres años en el Polo, ocupàndose de que no se desarmara aquel iglù que guiado por las fotos habìa logrado construir, su soledad era tan concurrida, dirìa Girondo, con una compañia que se le hacìa màs frìa cada vez. Las hojas de sus libros estaban corroidas de pasarles la mano una y otra vez, sus ojos tambien estaban cansados... ya no tenìa nada que mirar que no se hiciera igual a todo... Leopoldo se empezò a angustiar... dejò de reconocer si todavìa seguìa vivo en aquel manto blanco que lo cubrìa, empezò a tener miedo, miedo a que nadie pudiera haberlo llorado en una supueste muerte, y solo como todo lo que habìa hecho hacìa tres años, lagrimeò.
Ya no podìa escapar... lo habìa descubierto...no podìa dejar de sentir miedo aunque la soledad se le hiciera dulce protectora, los primeros tiempos se habìan hecho entretenidos mientras se acostumbraba a su nueva dieta y su nuevo estado esquimal... pero finalmente habìa sentido al oso polar màs grande, su propio miedo que lo acosaba en aquella tarde de quien sabe cuando, miedo a su propia humanidad, verse en la intemperie descubierto, gritando sin oidos que pudieran responder su llamado.
¿Como podrìa darse cuenta de su propia muerte o de su propia vida, si no habìa alguien que estuviera allì para significarlo?... llorò tanto que sus làgrimas se le hicieron las rejas de la càrcel que aprisionaban su rostro. Decidiò correr... correr lo màs que pudiera para sentir el calor de su cuerpo, eso le demostrarìa que no estaba muerto... y allì se lanzò en una carrera de largada imaginaria que durò algunas horas... no supo donde llegò pero si que transpiraba...
Leopoldo aùn vivìa.
La equidad animal, esa paridad fantasiosa a la nada misma se le habìa hecho guillotina, habìa cortado sus venas y el no habìa podido ya ver su sangre, se encontrò tan igual... que huyò con el ùltimo sorbo de aliento que le calentaba su respiraciòn. Aùn.
Las reglas, los horarios, las personas se habìan helado frente a èl sin que Leopoldo pudiera hacer nada, pero volviò... volviò de aquel sueño que se habìa convertido en pesadilla, cuando la pava que le habìa comprado Luciana para que no se evaporara el agua de su tè, comenzò a silvar.

sábado, 16 de agosto de 2008

Tiempo en el espejo

La cita estaba prevista, tiempo no alcanzaba a llegar…como era su costumbre… se perdía con facilidad, se demoraba revisando datos, jamás alcanzaba para terminar de verificar si la llave del gas había quedado bien cerrada, se perdía en un vaivén de ires y venires, una y otra vez…tiempo se hacia eterno en la ida y la vuelta.
Se preguntó por enésima vez si era necesario que el participara de aquella reunión.
Decidió cortar y echar llave a la cerradura. Intentaba revisar toda su existencia anudada a aquellos dos seres le habían reclamado su presencia.

German y Juliana eran buenas personas, pero cuando de tiempo se trataba, a veces se jugaban malas pasadas y tiempo quedaba allí boyando o pensando que se convertía en un tiempo bobo y sin retorno.
Tiempo no quería improvisar en aquel encuentro… tenía mucho para decir, aunque en estos casos prefería no hacerlo y pasar como si de eso se tratara.
German y Juliana eran una pareja que estaban transitando con tiempo un periodo donde él se había vuelto critico y le habían pedido que asistiera especialmente para aquel encuentro, donde… tiempo tenía que estar.
Ambos eran para tiempo dos buenos amigos…pero justamente por funcionar como invitado de honor, querían darle a este una nueva oportunidad…insistían que tantas tardes con tiempo no podían echarse a perder así como así.
Tiempo sabía que ninguno de los dos estaba preparado para pasar con él a solas, un merecido descanso… pero ellos insistían una y otra vez que si tiempo estaba entre los dos, todo podía mejorar, con tiempo todas las heridas cicatrizan pensaban …mientras que tiempo se sentía agonizar cuando los tres intentaban mantenerse unidos…
Tiempo tenía recuerdos…que distinto era cuando juntos daban esos largos paseos por el Botánico….en algunos momentos tiempo ya no sabía que hacer era tan hueco…pero ellos pese al aburrimiento de tiempo insistían que se quedara un ratito más…
Así transcurrieron los días, ambos se apoyaban mientras que tiempo volaba y se eternizaba cuando entre German y Juliana se mezclaba la distancia…se la pasaban pensando en el…y tratando de hacer todo lo posible para que tiempo se apurara y apareciera… el amor les apremiaba las entrañas.
Esta pareja paso por diferentes situaciones, ellos siempre podían planear estar con tiempo por lo menos un rato al día… tomaban Gancia con limón, trago preferido de Juliana, mientras German le contaba las hazañas de su trabajo… German corresponsal en el exterior con alguna ayuda de tiempo siempre tenía una anécdota con que embellecerse a los ojos de Juliana.
Ella en cambio… si bien disfrutaba con tiempo y German… necesitaba tener charlas a solas con tiempo, esto irritaba a German… para ser totalmente objetivos, a German los encuentros de tiempo y Juliana no le gustaban nada. Llegaba a enfadarse mucho queriendo a veces matar a tiempo y que este no fuera el que lo separara de Juliana, en todo caso podía estar presente pero German indefectible tenia que estar allí.
Juliana hacia malabares con tiempo, encontraban unos pocos espacios para estar juntos, a veces Juliana cometía el crimen de apagar su celular y tomarse con tiempo un buen café… pero German siempre tenía algo que decir al momento que ella regresaba, con lo cual Juliana triste como nunca, decidió –error grave para ella- dejar sus momentos con tiempo y se dedico a poder hacer que German fuera feliz, ingenuamente pensaba que esa era la solución.
Tiempo transcurría… existía y se hacia cada vez más largo y tedioso, las discusiones habían erosionado el corazón de Juliana, ella ya no contenía sus lagrimas…
Juliana le pidió a German que tiempo volviera entre ellos, él la miró con recelo. Ella sabía que sus encuentros con tiempo no podían faltarle y tiempo sin dudar la acompañó a su casa.
Juliana lloró como nunca lo había echo antes, paso mucho en compañía de tiempo, y si bien el trataba de pasar seguido, Juliana no podía olvidarse de tristeza que se le había hecho huésped.
Tiempo la acompañaba en sus salidas, sin embargo ella no podía encontrar como sacar a tristeza de allí y le encomendó ese problema a tiempo, que en la más brutal honestidad odiaba pasar tiempo con tristeza.
Tiempo estaba convencido que tristeza, no era una buena mujer…daba muy malos consejos, casi siempre los pensaba mucho y cuando se ejecutaban parecía feliz… tiempo le había descubierto hacia rato el truco a tristeza, llevar a cabo planes desafortunados con la intención de estar siempre acompañada y que alguien finalmente la abrazara.
No mucha gente quería a tristeza pero tiempo no la quería nada… se le complicaba decírselo a Juliana, así que paso unos largos períodos callando en lo de silencio.
En una oportunidad camino a una quinta, Juliana detuvo el auto… tiempote preguntó: ¿Por qué nos detenemos?... Juliana con los ojos vidriosos había detenido el auto frente a esa estación de peaje por donde paso tantas veces, no podía dejar de abrazar a tristeza…que estaba muy contenta por cierto…al fin alguien se acordaba de que ella también necesitaba mimos! y tiempo no tuvo otra opción que acompañarlas haciendo de muerto. Igualmente tiempo seguía pensando que debía deshacerse de tristeza de alguna forma, amaba el alma de Juliana y la sabía brillante como para acompañar a tristeza malgastando a tiempo.

Mientras tanto, German no tenía ni un huequito para dedicarle a tiempo… casi se olvido de él… a tiempo se le hacia claro el descarte que German había hecho de él… ahora corre a todos lados, no me toma ni un poquito, OK…que haga lo que quiera, yo voy a aparecer cuando menos lo espere y va a tener que darme explicaciones de por que no nos visitamos más… allí podré recordarle todo lo que sucedió mientras yo para él pasaba como si nada.

Al cabo, de cierta presencia de tiempo, Juliana decidió llamar a Germàn. Desde aquella despedida no habían pasado con tiempo ningún momento.
Germàn atendió el teléfono y cuando reconoció la voz de Juliana, comenzó a temblar… cuanto hace que no escucho tu voz… ella no respondió, mientras tanto tiempo paseaba entre ambos.
Juliana le contó a German algunas de sus cosas pero por sobre todo, que había pasado mucho con tiempo y que había podido reflexionar.
Esta pareja está terminada le dijo, yo a tiempo lo veo demasiado y vos no le dedicas ni siquiera una mirada… con lo cual así es muy difícil…vos queres que tiempo esté con nosotros con la condición de que yo esté pendiente de vos y al mismo tiempo quiero a tiempo para mí, con lo cual no puedo soportar una pérdida de tiempo, es un absurdo.
German que se había echo ilusiones con el llamado de Juliana, estalló en furia y le dijo: Juliana no te das cuenta que la pérdida de tiempo es si vos y yo nos separamos…? , yo no puedo vivir sin vos, no tengo nada en contra de tiempo, el tema es que a vos te gusta estar demasiado a solas con él y yo necesito una mujer que pueda con tiempo dedicarse a mí, al menos era lo que vos hacías cuando te conocí, ahora no se que es lo que te pasa.
German no salía de su asombro, se preguntaba una y otra vez por que Juliana quería estar con tiempo, que hacían juntos que no podía hacer con él, serían amantes??? Tiempo le haría de cómplice para serle infiel? Tiempo choto! Tiempo puto! Tiempo infame! tiempo canalla! , German parecía demente, había descubierto finalmente lo que sucedía…tiempo acompañaba a Juliana para encontrarse con otro hombre.

Juliana abruptamente se convirtió en una extraña y tiempo en un maldito.

Pobre Juliana, pensaba tiempo, esta perdiendo la relación de su vida por este infeliz que lo único que le trae últimamente es a tristeza para hacerle compañía, Juliana lo único que quiere es volar…a veces conmigo, lo único que quiere es no tener ataduras pero German nunca lo va a comprender a pesar de que yo esté continuamente explicándoselo.
Tiempo decidió quedarse con Juliana. Los hombres cuando se separaban siempre le hacían lo mismo, lo descartaban y el se convertía en un desecho, no sabían estar con él, en cambio las mujeres eran tan lindas, que pasar por ellas era encantador, con Juliana más. Tiempo se divertía mucho con ella… era una de las pocas a quien no le importaba pasar con el situaciones a solas. Iban al cine juntos, comían algún tostado en el café de enfrente y Juliana siempre sonreía, eso le hacia pensar a tiempo que la pobre de Juliana siempre estaría en problemas…
En un rayo revelador advirtió que ella no podía manejar con él sus citas y que solo lo hacia cuando tiempo le insistía, cuando la amenazaba con no acompañarla más… siempre seria una solitaria, exclamó tiempo con sorpresiva lucidez.
Pues bien, a partir de ahora voy a entrenarla, voy a sacar lo mejor de ella, es bella, es inteligente, es simpática…solo que le falta pensar un poco como manejar algunas situaciones, aprender a escaparse sin que la sorprendan, ella quiere que yo esté con ella pero también es cierto que ella quiere estar con otro a parte de mí… hay que ayudarla a que recuerde todos los días que hay un espacio en el que podemos estar juntos, que puede tener distintas estrategias pero que debía ser un secreto… él sería para ella algo así como un pequeño fantasma al que podía acudir sin llamarme, él siempre podría estar con ella.
Fue a partir de aquí que le comentó sus pensamientos a Juliana, Juliana lloró una vez más y pensó con tiempo en todo lo que le decía, ella sabía que él tenía razón, ya no era una adolescente, y debía tener otros a parte de tiempo por ejemplo alguien con quien ella no transitara una pérdida de tiempo.
Juliana soñaba con un tiempo para cada uno… pero esto era tan difícil, que debía pensar como dijo tiempo en alguna estrategia para que ella pudiera ser finalmente feliz… todavía piensa, casi todos los días y con tiempo reflexionan sobre esto, a Juliana se la ve bien, pasea mucho y sonríe…y aunque un poco loco…tiempo siempre está para cuando ella decide mirarse en el espejo y finalmente encontrarse.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Puntualmente a las 15 hs



La estación de Retiro, pleno Centro de la ciudad de Buenos Aires, atestada de transeúntes que planeaban un gran escape hacia un supuesto e ilusorio destino de relajación.
Algunos convocados por la ruptura de una rutina insoportable, otros ansiosos por beberse el último soplo de placer unido al verano con sol y especialmente a un descanso laboral al que suponemos una y otra vez cierto merecimiento. Pues esto es lo que decía Jorge: Me lo tengo merecido… trabaje todo el año, mientras arrastraba una maltrecha valija con rueditas que con gusto le había prestado su tía en una última visita a San Antonio de Padùa.
Jorge era un tipo de esos que uno se encuentra en la calle y no le supone “gracia”, de estos cuya camisa no posee color definido y sus zapatos desgastados nunca combinarían con su saco.
La curiosidad estaba apagada, aquellos años de secundaria habían culpabilizado sus intentos de escape imaginario perdido en algún póster, o bien ese lápiz que podía comenzar un trazo y no agotarse nunca.
Jorge rápidamente obedecía ciertas demandas supuestas donde cubría la soberbia de creerse necesitado… así pues se había quedado sin color.
Allí en aquella estación roñosa, Jorge, solo, esperaba el micro, ese viaje lo llevaría a la costa más económica que había encontrado, a un hotelucho de mala muerte que Sebastián le había señalado puntualmente por la justeza de su presupuesto.
Sentado en el anden, visitaba con su mirada un alrededor con la intención de matar el tiempo, no porque algo lo atrajera… a Jorge, casi nunca le atraía nada… todo era un cúmulo de segunderos y listas de supermercado… ni siquiera las mujeres habían calado algo en ese cuerpo casi sin brillo.
En su mirada marcadamente antituristica, de pronto el reloj marcaba las 15 hs de ese viernes caluroso… y Jorge recibió una revelación, el pelo ondulado de aquella muchacha lo había impactado, ella se lo masajeaba todo el tiempo y su espalda que a Jorge le era muy grata…sostenía una mochila donde notoriamente faltaba el tiempo de preparación… Nora, sostenía con una mano un malboro que pitaba casi desesperadamente, su cuello apoyado sobre su hombro sostenía el tubo de aquel teléfono público que parecía haberla atrapado por completo.
Porque me decís eso ahora? … Nora no podía disimular las lagrimas que se vertían sobre sus ojos, extremadamente fríos y casi desolados.
Porque me decís eso ahora?... . Era casi una obviedad que Nora no podría ver como Jorge la miraba, no era capaz de verlo… la descolorida camisa de aquellos hombres “grises” como ella los llamaban no tenían absolutamente ninguna oportunidad de ser objeto de su mirada, reina pagana de los entuertos que se arman en las tardes de siesta, lectora insufrible de novelas baratas, …definitivamente … Nora nunca vería a Jorge.
Porque me decís eso ahora? …y la mirada obnubilada sobre ese pelo que no dejaba de moverse, que lo atrapaba en una sensualidad desconocida, Jorge no quería siquiera pestañar con el deseo de no perder ni un segundo de su mirada en aquello que finalmente pareció marcar algo diferente… El reloj parecía haberse detenido en las 15 hs con una puntualidad certera.
Jorge comenzó a torturarse… sus preguntas no cesaban y su mente se había convertido en una mezcla de señales tórridas, no podía decidir y debía hacerlo rápido, el reloj comenzaría a funcionar en algún momento, esto lo apuraba y el pelo de Nora lo hacía aún mas.
Luego de una rumia que lograba normalmente enloquecerlo, Jorge toma por primera vez la decisión de imaginar nuevamente un escape… tomaría a Nora del brazo y la subiría al primer tren que pasara… pero como podría asegurarle que su idea no era atacarla, como lucharía con el instinto defensivo de Nora? Que opondría toda su resistencia para lograr salir airosa de semejante locura. No, esa idea era demasiado descabellada.
Porque me decís eso ahora? Nora… no entendía la calidad de herida que las palabras pueden producir cuando son impuntuales, dejándolo a uno con una sensación de extrema desorientación, donde la pregunta insistente era ¿Por qué? … la impuntualidad de Marcos era para Nora una sorpresa inaudita… justo ahora?? Porque no antes, porque no después? , justo ahora??? Llegaban impuntuales las palabras de Marcos? Nora realmente no entendía.
Mientras tanto Jorge, elucrubaba su plan. Como podía llevarse a Nora de allí, era más que obvio que estaba angustiada y el solo quería protegerla, era obvio que ella estaba vulnerable y el podría ser quien la abrazara con fuerza, era obvio que Nora no había podido saber cuanto en realidad valía, era una obviedad que no la amarían como Jorge la amaba en esas puntuales 15, era obvio que ella lo había estado esperando sin saberlo y mucho más obvio que el destino los había cruzado exactamente a las 15 hs para verlos finalmente encontrarse, con aquella puntualidad del amor que los mortales le asignan.
Jorge comienza a acercarse, su imaginación brotaba de todo su ser, Nora incorpora la figura de Jorge en su campo visual pero sin hacer diferencia alguna entre este y otro transeúnte, hasta que nota que una cercanía imprevista de aquel hombre de camisa descolorida.
Porque me decís eso ahora? seguía repitiendo Nora, cuando siente la fuerza del brazo de aquel desconocido que le saca el tubo en el teléfono público cortando la llamada.
Nora no pudo sacar sus ojos de aquellos ojos, pero de un momento a otro podía entenderlo todo, habían dado las 15 hs … hora de sus tardes de siesta, hora de su porción dulce de lemon pie, hora de aquella frazadita que protegía sus sueños. Este hombre la había trasportado en su mirada a aquel recuerdo aniñado que Nora había olvidado… inundando la estación Nora se observo bella, se miro dulce, se baño en destellos de fragilidad … no había de quien defenderse, su mochila cayó en el piso.

Y como dos fantasmas angelados Jorge y Nora tomaron el tren de las 15.

sábado, 2 de agosto de 2008

Rojo y Negro

...Se terminò!...presa del miedo por la pèrdida Olga le repetìa a su hijo estas palabras...El corte en su cuello habìa sido casi mortal, por suerte Ruca la perra de Gervasio habìa ladrado tanto que sus padres advirtieron que su hijo se encontraba con el cuello ensangrentado en el fondo del inmenso jardìn de Ezeiza.Gervasio tenìa 8 años, un niño para ser sinceros igual que todos los demàs...sin saber nada de los peligros de la vida, se habìa adentrado en el jardìn con uno de sus grandes secretos... Ruca la perra boxer que lo acompañaba a todos lados, habìa corrido tanto o màs que èl... aquella tarde.Reunidos en la casa de sus padres Olga habìa tenido la atinada idea de llevar a Gervasio, criado siempre en un departamento, al jardìn inmenso de la casa de Ezeiza, se le habìa hecho el mejor programa para sacar a este niño igual que todos los demàs, de ese encierro mental en donde se encontraba y Olga no lograba entender... Gervasio era creativo y su mente volaba perdiendose en sus fantasìas mientras su madre entre aquellas cuatro paredes le endilgaba la distracciòn en aquella luna de valencia que nadie conocìa. A Gervasio no le interesaba mucho la opiniòn de su madre por aquellos tiempos, solo la historia de un heroe enmascarado que firmaba antes de partir... El tìo Felipe habìa dado en el clavo casi sin querer, al regalarle aquel disfraz... pantalones negros, camiseta negra, capa negra y un sombrero que si bien le quedaba enorme a Gervasio no era menos simpatico... y la gran Z en la espalda... era el dìa del niño y Gervasio era el ùnico en aquella familia un tanto aburrida para èl.Se adentrò en su disfraz igual que lo hizo en una gran corrida hacìa los fondos de aquel jardìn que se le hacìa inmenso...tan inmenso que podìa soñar que se perdìa sin tener miedo de no saber como volver. Corriò, tan fuerte... y Ruca con èl, que no viò aquel alambre que bordeaba la quintinta que tan cuidadosamente, Cristina su abuela, habìa reservado para sus tardes de aburrimiento cuando no pasaban su nòvela preferida. Gervasio diò con su cuello directo en aquel alambrado y se desmayò...Ruca ladrò hasta el cansancio...Olga estaba distraida escuchando una vez màs las historias de Felipe que no eran màs que simples cuentos. Se termino! ... Gervasio se asustò tanto de ver su cuello vendado que enmudeciò por una semana, algo allì definitivamente habìa hecho que aquellas palabras sonaran sentencia....Fue elegido diputado de la Naciòn... si bien Gervasio no era un polìtico màs, habìa convertido su vida en una vil promesa... y prometìa, como prometìa... asì habìa conocido a Fabiana, una catequista del colegio Maria Auxiliadora de Moròn, alta..delgada..dulce, Fabiana parecìa ser una promesa de madre y de esposa perfecta, asì la viò y con esa promesa se acercò a ella prometiendo obviamente que se harìa cargo del subsidio para el comedor, objetivo del tè de beneficio al que habìa sido invitado.Dos años despùes de ese encuentro y con la promesa cumplida, Gervasio y Fabiana se prometìan amor eterno, aunque profundamente Gervasio no viera nada màs que un gris un tanto tornasolado...èl querìa jugar , todavia querìa jugar y si bien Fabiana era de izquierda, en la cama comandaba la màs ultra de las derechas... horrorizada cuando Gervasio le regalò una capa y el antifaz, mandò a ese hombre al cual parecìa desconocer, a dormir 3 noches en el sofà del living. Ella estaba ofendida. Y una vez màs como aquella sentencia Gervasio escuchaba "se termino"...Preso de su frustraciòn ya que no habìa vuelto a jugar , ni a probarse el traje que se le habìa hecho prohibido, saliò a buscar a cuanta mujer se le cruzara capaz de colocarse ese disfraz que el no podìa ponerse...aquel de la luna de Valencia se habìa convertido en un fetichista, por no decir en un triste jugador sin juego.Fabiana seguìa mirandolo raro, Gervasio iba perdiendo la mirada y su visiòn se parecìa màs a la de un daltònico que a un diputado que aspiraba al puesto de senador... todo era gris, todo en matices oscuros, solo ver a sus cinco hijos jugar en el parque podìa darle a Gervasio una porciòn de aquel juego que hoy se le aparecìa como tan extraño."Se termino"... una noche Gervasio se despertò de una pesadilla que lo llevò a pronunciar esas palabras tan alto que Fabiana se despertò...buscò un vaso de agua, tomò unos sorbos, besò a Fabiana en la mejilla y se fue directo al sofà... no podìa contestar la pregunta que lo atormentaba......El busto que inauguraban en el colegio cercano a las Palmas del Pilar no le llamaba la atenciòn a nadie, pero Gervasio debìa ir...no podìa faltar ya que el proyecto de asfalto de las calles internas del lugar dependìan de las relaciones publicas que el pudiera hacer el dìa del evento con los padres màs adinerados del lugar... debìa conseguir las donaciones, pagarìa algunas coimas y podrìa cumplir la promesa de que todo estuviera "terminado" a fin de año... fue en ese momento que su auto virò hacia la derecha para tomar el carril lento y disfrutar un poco del sol que entraba por la ventanilla. Se descubriò. Gervasio vivìa prometiendo que todo aquello que fuera un deseo o una ilusiòn o un sueño quedarìa terminado... asì le prometio a su madre no volver a jugar, le prometiò a su novia que la ilusiòn de terminar con el noviazgo serìa el casamiento, el deseo de un asfalto de la zona oscura de Pilar se concretarìa en la terminaciòn de su obra y que el deseo de ser padre terminarìa en la venida de sus cinco hijos... "Se terminò" nuevamente merodeando en su cabeza, de repente algunos colores raros invadieron el vidrio del auto negro de Gervasio, llamò su atenciòn, la intensidad de ese rojo en aquellas banderas y el negro de su auto eran la conbinaciòn exacta de ese deseo que era el suyo... acelerò como aquel dìa en el jardìn de Ezeiza bajo el puente de la Ruta 8 y frenò antes de llegar al alambrado protector qeu se encontraba delante de las jaulas de animales... Esta vez precavido y extasiado con semejante corrida Gervasio se acercò...recien estaban armando en aquel lugar las primeras estacas de la carpa... habìa aserrin en la pista y sus zapatos negros perfectamente lustrados se metieron en aquella montaña que de repente fue tan divertida......Sesiòn del Congreso, Gervasio se limpiaba los zapatos y los colores aparecìan tan fuertes como su pregunta constante... Dejò su proyecto de ley en su banca, aviso que saldrìa unos minutos y se marchò...beso en la frente a Fabiana y a cada uno de sus 5 hijos prometiendoles que lo verìan muy pronto, tomò una muda de ropa, la caja donde guardaba el antifaz y su sombrero que ahora le calzaba justo y partiò con el olor del aserrìn en sus manos.Dicen que saliò de gira, que siempre escribìa cartas, que nunca abandonò a sus hijos y que por fin habìa respondido a su pregunta... Mamà no puedo prometerte terminar, habrà terminado para vos porque lo que es para mì recien empieza...

Subte A

Jacinto salìa todas las mañanas de su casa con su libro y con un abrigo por si tenìa frìo... siempre calculaba mal el pronostico, como no confiaba en eso de la tele, como dicen las abuelas, hacia siempre todo lo contrario... con lo cual pasaba horas acalorado... y como tampoco le gustaba andar con su abrigo en la mano llevarlo puesto era para èl la mejor forma de hacerle frente a sus decisiones... Jacinto era abridor de puertas del subte A... esos subtes que por viejos y destartalados hacìan temblar a mas de uno...pero en fin, para èl abrir las puertas era todo un proyecto... se la pasaba abriendo las puertas para que otros pasaràn... y en los mientras tanto se entretenìa inventando historias con cada cara, cada gesto, cada movimiento que llamara su atenciòn...muchas veces el calor lo invadìa pero el fiel a su pronòstico interno no podìa sacarse el abrigo ... por las dudas... esa era su frase de cabecera... por las dudas... por las dudas mintiera la pronosticadora... por las dudas lo agarrara una tormenta... por las dudas se enamorarà y tuviera que pasar una noche paseando por el rosedal para llevar su romanticismo a ultranza ... por las dudas el abrigo.Una tarde alrededor 15 hs ... de un dìa caluroso... Jacinto abria la puerta del subte como todas las veces, cada 3 minutos y medio.... en uno de esos avances desenfrenados por las busqueda de asientos de dos ancianas de 70 años que iban a visitar a un pariente al geriatrico... cae sobre su hombro un sombrerito de plush negro...Sus ojos se posaron en los de ella... pelo lacio y negro... con cierto brillo particular... le entrega con sus manos transpiradas... (mucho abrigo)... su gorrito de plush , ella casi ni lo mira y se sienta en el unico asiento libre que quedaba... Jacinto no podia dejar de mirarla... sus manos eran hermosamente finas y largas, Jacinto supuso que a Dolores, asì la llamarìa a partir de de aquel momento, le gustaban los gatos e imaginaba que sus manos se adentraban en esos felinos de angora... cuando llegaba a su casa para desestresar su corazòn cansado... Dolores... tenìa un dolor... de repente casi sin que nadie se diera cuenta... menos Jacinto... sus lagrimas cayeron sobre su mp3... Jacinto mirò sus propias manos que tambien echaban agua por todos los costados... y no podìan parar... dejò a algunos pasajeros en la estaciòn de Pasco porque no pudo abrir la puerta... de tanto que sus manos lloraban al mismo ritmo que los ojos de Dolores... Ese miercoles a las 18 hs se habìa programado un acto de manifestaciòn en contra de la tala de arboles en el noroeste argentino con lo cual la estaciòn Av. de Mayo habìa sido clausurada... todas las personas bajaron en la estaciòn anterior... Mientras tanto Jacinto no podìa reaccionar... estaba conmocionado...Dolores seguìa sentada impavida y triste... el vagòn de repente se vaciò y ambos quedaron enfrentados mirando el agua correr... el la de sus manos y ella la de sus ojos... Jacinto se enojò... se sacò su abrigo con furia... y lo arrojò por la ventana contigua a la puerta que tenìa impresas sus huellas dàctilares de tanto abrir y cerrar... Que calor espantoso!!!! se dijo a sì mismo... sin darse cuenta que hablaba en voz alta y que Dolores era la espectadora de su arrojo... ella contestò Que tristeza espantosa!!!!! , ambos sonrieron... Acaso Jacinto abrigaba la tristeza que llevaba dentro??? era Dolores la que sentìa la transpiraciòn de un mal pronostico en su rostro?? ... volvieron a mirarse... ella seco sus lagrimas con un carilina... y se acercò para finalmente bajar del tren dejandole el carilina cuando le tomò las manos... el como nunca abriò la puerta... sus huellas dactilares estàn hoy grabadas en la piel de Dolores... desde aquel dìa, en aquella estaciòn donde ambos transpiraron cada estaciòn figurada, en cada puerta que el abrìa y en la que ella bajaba... para volver a subir... una vez... otra ... y otra... y otra..., quien era ella? quien era èl? dudas? un montòn... pero por las dudas... Dolores se dejò abrazar y Jacinto abrazò a Dolores...

No olvidarme..

Sofìa trabajaba en una oficina de correo postal, su labor consistìa en colocar los sellos, los mismos codificaban el deseo de destino de la carta para asì colocarla en la ruta donde el cumplimiento de ese deseo se tornaba esperado.Todos los dìas Sofia se levantaba muy temprano, vivìa sola hacìa tiempo ya... no era algo que la preocupaba sino por el contrario algo que la apaciguaba ya que las personas le generaban algùn que otro escosor y màs cuando de cotideaneidad se trataba... Sofìa sabìa donde estaba todo, conocìa su orden y su desorden... ambos con funciones muy bien distribuidas, el orden le servìa para sentirse tranquila y el desorden para conseguir esa sensaciòn de tranquilidad una vez que lo identificaba. Todos los dìas corrìa a su trabajo envuelta en su bufanda de cachimir colorado, regalo de una abuela lejana pero que habìa dado en el blanco con la necesidad temporaria de Sofia por abrigar un cuello que pocas veces recibìa calidez.Por aquella mañana, la oficina postal se encontraba muy tranquila, los sobres estaban puestos en la misma bandeja metalica oxidada por los años... tantos como los que Sofìa recordaba estar allì... de pronto una carta sobresalìa de aquella bandeja... una carta con un destino que a Sofìa le llamò la atenciòn, sin embargo y como le era comùn aquello que a ella le causaba nunca tenìa demasiada importancia la descartò como descartaba todas las atenciones que Bernardo, compañero del correo desde hacìa 10 años le propiciaba sin exito alguno. Sofia nunca se enteraba de nada.Al terminar su horario y dirigirse al perchero donde todas las mañanas dejaba sus cosas, nuevamente viò aparecer frente a sus ojos la carta junto al lapicero donde todos dejaban aquellas biromes que ya no sirven pero que nadie se anima vaya a saber por que... a darle un mejor destino... la carta aparecia allì en un sobre de papel manila con acolchado de burbuja ... no le habìan podido encontrar el còdigo, esta vez el encargado era Mauricìo un joven casi adolescente al que habìan contratado para hacer algunas tareas y asistir tanto a Sofia como a Bernardo cuando no pudieran terminar con su turno... Mauricio no era joven de muchas luces asi que fue asì como no derrocho mucha energìa en ocuparse por encontrar el destino de ese deseo ensobrado.Sofia que nunca era vencida por la tentaciòn, revisò el sobre y su destino la impactò, por primera vez su cuerpo se estremecìa con una violencia y una calidez que le era desconocida... se preguntò a quien se le habrìa ocurrido semejante destino y quien era el que esperaba ese deseo ensobrado. Con un acto rebelde e infantil tomò el sobre y se lo puso en el bolsillo interno del piloto, enrollò a su cuello frio la bufanda colorada de cachimir y partiò en bicicleta hasta su casa... por primera vez su curiosidad la conquistaba... su viaje se hizo largo màs de lo normal... Por fin llegada a su casa, se preparò para su ritual de "eventos especiales" ...asì llamaba Sofia a su pequeño y aburrido mundo , pensaba que si le ponìa nombre a las situaciones fuera de lo comùn , las situaciones comunes no le parecerìan tan comunes... con lo cual tomò su taza preferida, la llenò de su tè de frutillas cuya caja decìa "no tocar" mensaje dirigido a nadie pues ella vivia sola pero Sofia era asì... casi enigmatica, misteriosa, llena de recordardatorios pues sin saber por que lo olvidaba todo, un todo bastante poco y nada desafiante...la habìan convertido en una olvidadiza sin remedio. Luego de su tè tomò su bata de baño, llenò de agua la bañera y se sumergiò en ella al modo de un bautismo que le sacara el rastro de su mediocridad.El sobre de manila era suave como todos esos sobres y las burbujas la conectaban con su niñez... su padre tecnico electronico envolvìa sus artefactos importantes allì por miedo a las lastimaduras... cuando en realidad eran puras burbujas que encerraban ese corazòn que lo unico que querìa era no ser lastimado...de pronto recordò a Bernardo... que no hacia màs que sonreirse por años por delante de ella pero sin poder ni siquiera sacarle el aire a todo aquello que quedaba encerrado en las burbujas donde guardaba sus sueños.Lo toco un rato largo... mientras su cuerpo parecìa tomarse el agua de su baño... mientras esto ocurrìa no podìa dejar de leer ese remitente que se habìa adueñado de ella... tomò coraje y a pesar de sus nervios y el temblor de sus piernas lo abrìò con cuidado... las burbujas eran una señal... la señal de que lo que se encontraba en su contenido era fràgil y delicado... Dentro del sobre habìa una manibela colorada ... el mismo color de su bufanda, esto la llenò de extasis, su piel por primera vez parecìa entibiarse, su cuello se moviò en un movimiento voluntario hacia los lados sintiendo que esto le era dirigido ... esa manibela era la de un paracaidas.... se preguntò sobre su significado y la mirò por largo rato...Imaginò un paracaidas en vuelo... se imagino ella en un vuelo de una tarde de siesta, con brisa templada y aire diafano... se imagino flotando en el universo que la contenìa cuando en realidad no era màs que una nada dentro de èl... solo su cuerpo y su alma... unida a la fuerza envolvente de aquella brisa que la abrazaba... Sofìa por primera vez volaba en una burbuja de fantasìa hasta 3000 pies de altura para luego con un simple chasquido de dedos se animara a dejar correr el contenido de aquel papel envolvente... de un remitente impactante... ese vuelo tenìa la potencia de sus años y el deseo desde lo màs profundo de sus entrañas... habìa deseado tantas veces que se habìa olvidado de ese deseo... cayendo ese deseo en el lugar de las cosas comunes y sin cartel con lo cual ni siquiera un papel lo habìa tornado importante.... Caidas, para caìdas... una caìda suave y una manivela roja de donde ella podìa sujetarse para luego soltarla y lograr el vuelo de su alma junto con lo màs fogoso de su cuerpo... Se llenò de felicidad, el aire entraba en sus pulmones con esa necesidad imperiosa, en una mortifera sensaciòn de que no podrìa volver enroscar la bufanda regalo de su abuela al cuello ... esa que le enroscaba el cuello con la intenciòn de protegerla cuando en realidad lo unico que hacia era sofocarla manteniendo su cuello frio... se descubriò de repente con alas, bella, flotante y liviana... el aterrizaje fue dulce como la herida que chupo de su rodilla al caer... y que lamiò en el medio de su sonrisa.En ese remitente... se detuvo como quien reencuentra a alguien que perdiò hace momentos por distraerse en sì misma, aquel remitente de letras gràficas, buscadas especialmente pensando en su placer... las palabras de ese remitente le permitieron aquel vuelo inolvidable... Sofia se encontraba agradecida, extasiada, cansada, con miedo, locura, la dulzura de su sangre en su boca y su propio suspiro que marcò el azulejo empañado por el vapor del agua que contenìa.Se secò suavemente... conectàndose con sus brazos y sus piernas... tomò el sobre y las burbujas y los clavo en un su corcho recordatorio junto con los demàs... pero su remitente destellaba de forma especial... aquellas palabras que la habìan conquistado, que la habìan atrapado, que la habìan extasiado.... aquellas... NO OLVIDARME ....

Làpiz de pestañas

Silvina era una chica de esas que viajan en colectivo portando un don casi màgico, mientras el chofer està al borde de la locura ella maquilla sus pestañas a la perfecciòn como si el lapiz formara parte de su mano, esto que la hacìa especial decìa mucho de ella... era capaz de controlar hasta la màs mìnima acciòn sin importar su alrededor, nada parecìa perturbarla...aquel miercoles su viaje estaba totalmente calculado. Tardarìa 12 minutos en llegar a su destino, habìa programado vivir cerca de toda la zona de su maxima influencia... y a pesar de sentirse inteligente hàbia al mismo tiempo informaciòn que ella desconocìa... pero ese movimiento de lapiz en sus pestañas la delataba al igual que aquel cronometro que tenìa en su muñeca. Silvina era antojadiza, su vida era un gran antojo, en el cuerpo llevaba una marca que hablaba del deseo de su madre y eso parecìa determinarla... la vida se habìa convertido en un antojo para ella... se devoraba todo lo que pasarà y nada lograba ser retenido en ese cuerpo delgado y esbelto... hasta eso estaba controlado en ella... sufrìa mareos interminables y en los momentos en que su antojo se hacìa tensiòn profunda hasta se le nublaba la visiòn...Sus pestañas habìan quedado perfectas y los 12 minutos habìan concluìdo al mismo tiempo que ella cerraba el envoltorio donde guardaba aquel maquillaje... eso era intocable, capaz de estallar o entregar cuanto tenìa, menos aquel envoltorio donde guardaba su làpiz. Sabìa en eso algo de ella , algo muy profundo se mantenìa guardado, algo para su placer unico y absoluto, al mismo tiempo que solitario.Aquella muchacha, tenìa algunas virtudes, se sabìa dialogos enteros sobre como hacer suyo a aquel que se le habìa antojado, cada palabra estaba medida a la perfecciòn, practicada y ensayada en las tardes donde su soledad la embargaba.De pronto... un encuentro... aquel miercoles de lluvia... al bajar del colectivo Rodrigo la encuentra y la ayuda a bajar de la escalerita culpable de romper el taco de su bota en un enganche apurado... Rodrigo era ...como describirlo, un delicado perfume de esos que se ponen despùes del baño y que duran un ratito pero no por eso menos gustoso... el lo sabìa, vivìa su vida como subido en un globo aerostatico, con una llama potente que le permitia la elevaciòn pero con bolsitas de arena a los costados, peso calculado que le permitìa un andar suave e inspiraba una visiòn relajante... Tomò suavemente su mano, ni siquiera percibiò las pestañas de Silvina, sin embargo ese tacto llegò a èl profundamente manteniendo a Silvina en su ropa durante todo el dìa. Ella corriò hacìa su oficina, sus 12 minutos habìan perdido su direcciòn aunque el gesto de Rodrigo no le habìa sido indiferente, pero una vez màs su apuro habìa ganado a su percepciòn. Aquel muchacho alto la esperarìa a la misma hora en aquel lugar como si hubiera adivinado sus calculos, menos aquella lluvia que marcaba su rostro... Ella se preguntò una y otra vez... distintas e iguales al mismo tiempo... como hacerlo suyo a penas lo encontrò, sin embargo tomaba fuertemente aquel el envoltorio donde su embellecedor de pestañas estaba guardado, como cuidaba ese lapiz!!!!! , èl la descubriò en ese gesto y ella se sonrojo...El habìa dejado la marca para que a ella se le convirtiera en antojo... un calculo...y con una mirada de intriga ella lo tomò por los hombros y lo beso, luego saliò corriendo sin evitar que èl la siguiera... ambos entraron en un callejòn... el agua de lluvia caìa de las paredes y Silvina se quedò sin salida, apoyo su espalda en una pared donde el la tomò en aquella primera vez, dejando aquella marca que a Silvina le durarìa todo el dìa. Rodrigo saliò suavemente, soltando peso y elevandose como lo hacìa siempre... ella acomodando sus medias busco en el reflejo de un charco un lugar donde mirarse y sacando de su bolso aquel lapiz intento embellecer las pestañas que se confundìan con la lluvìa de donde desconocìa el origen... serìan sus ojos?? serìa la pared?? serìa aquella lluvia?? serìa el sudor de Rodrigo??Se decidiò, tomarìa dos minutos para llorar... la congoja la invadìa y las preguntas la atormentaban... quien era aquel bello calculador... quien era ella para aquel que habìa quitado el peso para elevarse y desaparecer... quien era ese que le pedìa casi en un grito desesperado que le entregara su gesto sujeto, que aflojarà sus manos y que soltara su propio peso para escaparse con èl en aquella elevaciòn prometida????.Lo buscò, lo calculò, lo antojò pero no encontrò màs que la marca de sus labios en su hombro preguntàndose una y otra vez por aquella presencia ausente, Silvina tuvo la sensaciòn de haber pèrdido sin haber entregado... revisò su bolso, allì estaba su lapiz ... suspirò tranquila y camino un largo rato. Nuevamente la pregunta sobre que habìa significado ella para èl la invadìa... se mirò al espejo de una vidriera y allì estaba su lapiz dibujando sus pestañas y aquella marca... aquella marca del deseo de su madre... y otra vez sintiò la historia pesar en su cintura, aquel sandwich de pavita que habìa marcado su presencia ausente, su docilidad extrema y sus preguntas permanentes... y como aquella palabra que nos marca al nacer como una grabaciòn a fuego, se sintiò "pava" con todos sus derivados... habìa añorado desde siempre no estar en aquel lugar... en aquel lugar del deseo de su madre, intentando devorar todo antes que ese todo se la devorarà a ella...pero aquel muchacho alto la habìa marcado por y la habìa dejado con aquella mirada desdibujada que su lapiz no podìa reparar... que habìa significado ella para èl? habrìa soltado el peso de su lapiz para elevarse tomando su mano? cuanto durarìa el viaje? volverìa alguna vez a sus 12 minutos? ... mirò su mapa y se perdiò en los bordes del papel... ya no pudo regresar.

Mi intenciòn..

El placer por la escritura estuvo casi desde los inicios, no había intención de buscar un estilo, tampoco el sueño de millones de lectores, solo una expresión que siendo escrita toma la cuerpo documental de quienes fuimos, somos y seremos, casi un anhelo existencial.
Así pues, de casualidad nació un primer viceversa. Escribir hasta ese momento era dejar correr un bravío onanista que solo yo conocía. Siempre había escrito sola, había ocasiones que simplemente convocaban el desvarío de arrancar hojas de un libro y garabatear o despertarme por la noche oliendo ese aromita de la idea que si no se atrapa tal vez no vuelva, hasta que apareció el primer compañero de delirios citadinos y noctámbulos.
Los relatos eran esforzados, meditados, calculábamos las metáforas para hacernos descubrir y el placer de la búsqueda era un afrodisíaco implacable.
Caminos más cotidianos, olor a subte y cierta pizca de globalización generaron una bifurcación entre mi compañero y yo … pues bien, la perdida del torrente que en esas hojas se escapaban … generó un delirium tremends frente a una abstinencia enloquecedora que inhibió casi por completo aquel placer que había estado en los momentos primitivos. A los tres días resucitó entre los muertos y allí permanecería para siempre.
Pues bien el espacio cibernético que tanta desconfianza y resistencia generaba en mí, gestaba en el mientras tanto la ilusión de un viceversa virtual y multitudinario.
El intercambio ya no fue exclusivo, se convirtió en un placer casi pagano…que retomo hoy junto a los/las que quieran meterse a un espacio blanco para escupir cualquier sensación….y compartirla por el simple hecho de ser arrojadas a la red.
Amar historias, historias con otros y otras, encontrar el “VI” que se repite en cada uno, por haberlo vivido en dos vueltas, un “CE” como la exigencia de modificar lo que no nos gusta ni un poquito… por el placer de simplemente ser otra cosa y darle pelea al destino, “VER” en una mirada desconocida un encuentro con otro que produzca un “S.A.” que haga de este espacio un millón de sin nombres, sino entrañas para compartir. Ese es el desafío.
Por lo tanto invito a unas líneas, escupir aquellas experiencias que han dejado huellas, aquellas que pudimos olvidar porque lo que buscábamos quedo dentro nuestro, aquellas que surgen de la desesperación , aquellas que nos hicieron explotar de placer, las que pensamos que era la última y sin embargo… y por sobre todo esa sensación mezcla de investigación y vivencia que nos levanta la piel.

Los Monstruos y ella

Ella decía que tenía monstruos… de todos colores… la angustiaban… me decía que visitaban su alma todos los días, la atrapaban en cárceles color gris
Ella gritaba, pero los monstruos habían aislado las paredes… como aquellos castillos que contienen historias añejas. Ella permanecía desnuda y sin cobijo… no hacía más que dormir y mirar los objetos que los monstruos le dejaban en sus visitas… cuchillos, tijeras, pinzas y como un gran costurero se lo adornaban para que ella mirara.
Esa gran caja…no desconocía su miedo a las arañas por eso siempre le dejaban alguna en el fondo del costurero por si a ella se le antojaba mirar…
¿Que había echo que aquella niña de pelo ensortijado se convirtiera en esto de hoy…? Un espectro… una hija extramatrimonial de aquellos monstruos contra los que luchaba por su independencia… a veces se daba por vencida y su sueño duraba mucho tiempo.
Aquella mañana se anuncio el encuentro…yo lo sabía, solo en parte, los monstruos… aquellos que la mantenían lejos con tal de no arruinar ese cuento del que la niña formaba parte…sin saber que era un cuento, se lo conté…
Esa niña no era más que aquella niña… la de siempre… la que se dejaba llevar por una palabra fuerte, la que podía creer que un ruido gutural era un monstruo acechando, eso se había hecho real, ese juego de niños hoy era otra cosa… era el musgo de aquellas paredes.
Sus ojos estaban hinchados, el color de sus parpados se había puesto negro y su ceño se había fruncido casi para siempre. Yo no podía hacer nada frente a esto, solo mirarla.
Brote de impotencia y una sin razón que era capaz de romper el mundo si eso la sacaba de aquella cárcel… había paredes roídas , moho por todos lados y mucha oscuridad más de la que ella podía ver… ¿como hacer que creciera algo de aquella humedad…? los monstruos se habían aprendido todos sus miedos… habían hecho cruelmente una especie de inventario que colocaban en una repisa alta en la pared lateral más oscuras…todos los días escribían uno nuevo mientras se mataban de la risa y ella sin poder hacer nada… Cada tanto tenía el valor de leer esas páginas pero rara vez podía detenerse en algún lugar ya que leerlos era una forma de tenerlos consigo, pero esta vez todos juntos y amontonados.
En un momento donde las arañas la atacaban ella tomó uno de los cuchillos del costurero y corto sus venas, ofrendó su sangre a modo de ritual… es esto lo que quieren??? Esto es?? Chupen! total yo casi que ni la siento… y tal vez con esto les pierda el miedo.
.. Las arañas chuparon de ese manantial ofrecido… y ella sin darse cuenta se desmayó…. En un sueño que la atrapó aquella noche su escape fue el infierno, aquel donde se reproduce una y otra vez lo que no nos gusta…los que nos da miedo… y allí estaban de nuevo los cuchillos … aquellos con los que había cortado la primera ilusión de su vida por no animarse a vivir otro cuento… un cuento distinto… un cuento verdadero… tonta de ambas… habría sido distinta esta historia???? … habría sido distinta si hubieran creído menos en los embellecimientos falsos … en un cuidado inexistente???
… Pero aparecieron uno a uno apareció… aquel día …aquella mañana … saco beige y una cara de dureza poco creíble…y aquel cuchillo… el sueño era siempre el mismo… ella y una deuda… ella y un engaño… ella y una persecución … cuando terminaría todo sin terminar todo???
Habría un momento donde volvería la música, la danza y una constante risa …?? O había también sido parte del cuento que todos creímos?? Serian también esas figuras que en antaño hubo que revisar para tirar abajo sus paredes…? serían aquellos espacios que se rompen una y otra vez con el odio de los años perdidos?? Y con la fuerza que no hace mas que llamar a un nuevo nacimiento?